Señor de los diagnósticos





A veces me entristezco por una dulce chica que abandonó a su primer amor sin decir adios. Nunca más hablaron, pero lo llevó en la garganta como un tumor maligno durante meses... un tumor que se extirpó sola, en casa, con un tenedor y cuchillo de cocina.

A veces imagino a una viuda de treita años, una mujer que cuando sonrie, en la comisura de su boca, lleva todavía a su marido muerto.

-¿será grave?

- ¿con qué frecuencia piensa en eso?

-casi siempre por la tarde, mientras espero que mi marido salga del trabajo para ir a comer juntos...

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